Cuando me tatué (hace un año) me tapé el tatuaje por muchos días. A pesar de que tengo 38 años se quienes son los tíos o las personas a las cuales no les iba a gustar. Con el tiempo me dejé de tapar y se volvió algo normal en mí (de hecho, hace parte de mi cuerpo, jaja). Ya ando relajada con el tema. Pero mi abuela no lo había visto… hasta que desprevenidamente me pilló mi tatuaje…
- ¿Eso es un tatuaje? – Me preguntó mi abuela cuando me vio los tres corazones rojos en la mano.
- Mmmm, aaa, eeee,….
- ¿O es un dibujo o algo que se pegó?…
- No abuelita, es un tatuaje.
- Mmmm, yo no se porqué se hacen eso ahora, – dijo ella – En mi época los que se tatuaban eran la gente así como los piratas, los de las cárceles y jmm, ese tipo de gente.
Mi abuela cumple 90 años en dos meses. Ella ha sido una mujer tradicional y rezandera. Del Opus Dei y de ideas conservadoras. Su nieta mayor (yo), es más o menos la mujer perfecta (para ella). Por ser la más juiciosa, mejor estudiante, buena mamá, esposa, trabajadora, inteligente, con ideas maravillosas, tesa, multitareas. Mejor dijo, ella se siente muy orgullosa de mi.
A mi me dio como sustico cuando ella me pilló el tatuaje. Yo al principio lo tapé y me ponía pulseras pero ya llevó más de un año con el, ya me acostumbré y pues, al que no le guste, me tiene sin cuidado. Por eso se me olvidó por completo cuando fui a donde mi abuela. Ella cogió mi mano, lo miró bien y dijo:
- Bueno, pero ese tatuaje quedó muy bonito.