Vivimos en un momento histórico que va como de afán. No sé cuál es el afán pero todo es rápido, todo es a las carreras y todo es para ya.
Hace un par de meses estuvimos de paseo en un pueblo de Antioquia, y lo que más me sorprendió fue la calma que se sentía, es como si ese espacio del mundo fuera más despacio, como si el reloj marcara los segundos con más calma, la energía era diferente solo porque carecía de afán.
En la vida de las ciudades vivimos en una constante carrera. Esa carrera se vive de manera individual, en las empresas, en los colegios, en el tráfico, en el desarrollo de productos, en la comunicación, en todo.
Ya uno no se puede «tomar el tiempo» para algo, porque ahora es como si no existiera, todo el tiempo ya está tomado y asignado para algo.
Cuando somos mamás y/o mujeres con múltiples ocupaciones, nos vamos metiendo en una carrera de muchas cosas para hacer y para cumplir, un ritmo que termina con nuestro tiempo, con nuestra tranquilidad, con nuestra vida.
Además de los hijos, que son como un trabajo de tiempo completo no remunerado, están nuestras actividades personales: debes estar en forma (hacer deporte), comer bien, debes tener la casa al día (el orden, el mercado, los arreglos, las labores domésticas), debes estar pendiente de las cosas que tienen que ver con la salud, debes verte con la familia y los amigos, debes ser una buena pareja, debes tener tiempo para estar bonita (ir a la peluquería, arreglarte las uñas), eso sin contar si trabajas o estudias (que en teoría es la actividad principal).
Esto suena a cosa de locos y por eso vivimos como locas y todo este ritmo frenético del estilo de vida en el que estamos termina por acabar con nosotros, nos lleva a un ataque de nervios y hasta nos enfermamos.
Con todo lo que tenemos que hacer, con la enorme lista que nunca termina, con el sinnúmero de actividades que no alcanzamos a realizar a tiempo, no nos queda tiempo para nosotras mismas. Porque, preferimos cumplir con todas las responsabilidades y lo que debemos a otros, y pues, como nos da menos pena de nosotras mismas de quedarnos mal, pues dejamos eso de último. Nos dejamos de últimas. Es más, a veces, sacar tiempo para uno es vergonzoso y es como si no estuviéramos siendo «productivas». Grave.
Pero resulta, que el tiempo que sacamos para nosotras mismas, es el más importante. Necesitamos sacarnos tiempo porque:
- Nosotros somos lo más importante de la vida de cada una
- Si no estamos bien, nuestro entorno no va a estarlo
- Muchas veces tenemos una gran responsabilidad en el ambiente familiar (ayudamos a subir o a bajar la energía del hogar)
- Sacarnos tiempo nos desconecta
- Hacer una actividad aparte nos recarga
- Nos da claridad para pensar
- Nos da salud (como mínimo baja el estrés)
- Nos ayuda a estar bien con los demás
- Nos da felicidad
Por eso, resulta necesario, casi de manera impositiva destinar un tiempo en la semana a nosotras mismas (Ojo: cada semana, NO al mes). Como no nos queda tiempo, hay que sacarlo «por las malas», o sea, forzarnos a hacerlo.
A veces no se nos ocurre que podríamos hacer, les comparto algunas ideas de tiempo para uno mismo que son muy positivas:
- Hacer ejercicio
- Practicar un hobbie (pintar, hacer manualidades, tocar un instrumento, cocinar). No importa si te queda feo, nadie lo tiene que ver.
- Salir con amigas (y si te tomas un vino, mejor)
- Ir a un curso a aprender algo nuevo
- Estar en contacto con la naturaleza
- Meditar
Suena muy difícil, casi imposible sobre todo cuando uno tiene muchas actividades y cuando tiene hijos pequeños aún peor. Pero se puede ir logrando este espacio, así sea de a poquitos. ¿Qué tal sacar 10 minutos al día para uno mismo??
A mi me ha funcionado y se ha vuelto un hábito, les cuento algunas cosas simples que me han funcionado:
- Hago yoga casi todos los días un ratico. Cuando tengo poco tiempo hago una rutina pequeña de 10 minutos y cuando tengo más hago un poco más. Lo hago con unos videos en internet que me han gustado mucho. También tengo clase una vez por semana pero el de todos los días es con video. Lo practico desde la casa, para que no me quite mucho tiempo si no tengo.
- Trato de sacar una tarde a la semana para pintar (ya siento que cuando no lo hago, enloquezco).
- Cocino por lo menos un día a la semana (no el desayuno de los hijos, que eso lo hago diario, sino algo especial que disfrute mucho)
- Busco actividades grupales de vez en cuando, casi siempre son los talleres que dicto (también me recargo yo), o actividades tipo winepainting con Ser Esencia, o talleres similares.
- Saco pequeños raticos en la semana para hacer otro tipo de actividades que me gustan (estoy muy engomada con el art journal).
- Hago ejercicio, casi siempre voy a patinar una vez por semana.
Después de que esto se vuelve una costumbre, ya tu cuerpo te lo pide, te das cuenta que te sientes genial después de hacerlo, descubres que te pone feliz y que tienes ahora más energía y la mente más clara para seguir con la carrera del día a día.
Las mujeres tenemos una carga grande en esta época, pero no podemos llevarla toda solas. Hay que repartirla, compartirla y soltarla de vez en cuando. Si suena muy difícil, pedir que te cuiden a los niños una tarde de vez en cuando no está mal. Hay que buscar el espacio, meterlo en la agenda y que sea inamovible. Uno se merece eso y mucho más y ante todo el bienestar personal está primero, no solo para ser feliz sino para hacer felices a los que están alrededor.
Victoria says
Excelente!